En este cuarto domingo de Pascua, escuchamos la maravillosa noticia de que Jesús vino no solo por el pueblo judío, sino todo por los gentiles (gente no judía). Leemos en los Hechos de los Apóstoles:
Casi toda la ciudad se reunió el sábado siguiente para escuchar la Palabra de Dios. Al ver esa multitud, los judíos se llenaron de envidia y con injurias contradecían las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé, con gran firmeza, dijeron: «A ustedes debíamos anunciar en primer lugar la Palabra de Dios, pero ya que la rechazan y no se consideran dignos de la Vida eterna, nos dirigimos ahora a los paganos. Así nos ha ordenado el Señor: “Yo te he establecido para ser la luz de las naciones, para llevar la salvación hasta los confines de la tierra”». Al oír esto, los paganos, llenos de alegría, alabaron la Palabra de Dios, y todos los que estaban destinados a la vida eterna abrazaron la fe. Así la Palabra del Señor se iba extendiendo por toda la región. Pero los judíos instigaron a unas mujeres piadosas que pertenecían a la aristocracia y a los principales de la ciudad, provocando una persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron de su territorio. Estos, sacudiendo el polvo de sus pies en señal de protesta contra ellos, se dirigieron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo (Hechos 13, 44-52).
¿Recordamos que Jesús vino para todas las personas, y no solo para unos pocos elegidos? ¿Damos una calurosa bienvenida a todas las personas que llegan a nuestra parroquia? Si no es así, ¿cómo podemos mejorar?
En la foto de arriba, vemos a miembros del Decanato de San Francisco de Asís de la Arquidiócesis de Tegucigalpa entrando a la Basílica de Suyapa.
Hoy es el Día de la Madre en Honduras y los Estados Unidos, así que ¡Feliz Día de la Madre a todas las madres y futuras madres! ¡Gracias por todo lo que hace por sus hijos y la comunidad! ¡Dios te bendiga abundantemente!