OT 15 C – Domingo del Mar

julio 10, 2022
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Hoy, los cristianos católicos celebramos el Decimoquinto Domingo del Tiempo Ordinario.

 En este día, escuchamos la hermosa historia del Buen Samaritano. En la historia, un hombre es golpeado y dejado por muerto al costado del camino.  Un sacerdote que pasaba, vio al hombre, pero este siguió caminando, dejando solo al herido.  Lo mismo sucedió cuando pasó un levita; él también ignoró al hombre golpeado.  Finalmente, sin embargo, un samaritano se acercó y se compadeció del hombre herido.  Después de realizar los primeros auxilios al hombre, el samaritano llevó al extraño a una posada.  Allí le dio algo de dinero al posadero para que cuidara al hombre hasta que regresara, y si gastaba más de lo que le había dado el samaritano, eso también lo pagaría.

Cuando Jesús preguntó a un estudioso de la ley quién había tratado al hombre golpeado como a un prójimo, el estudioso respondió correctamente que era el samaritano. Jesús le dijo: “Ve y haz tú lo mismo”.

Durante más de 21 siglos, los cristianos católicos han tratado de ver a Cristo en cada ser humano y luego actuar en consecuencia.

En este domingo específico, los cristianos de todo el mundo celebran el Domingo del Mar.  El propósito de este día es recordar a nuestros hermanos y hermanas que se ganan la vida en los océanos y mares del mundo.  A menudo, se van durante meses y llegan a puertos donde no conocen a nadie.  Estamos llamados a brindarles una cálida bienvenida y ayudarlos en todo lo que podamos.  La rama cristiana católica del Domingo del Mar se llama “Stella Maris”, en latín, “Estrella del Mar”.  En muchos puertos de escala de todo el mundo, los capellanes se aseguran de que la gente de mar tenga un lugar de culto y una forma de llegar allí.  Muchos capellanes y voluntarios llevan a los marinos visitantes a supermercados, farmacias o donde sea que necesiten ir.  Muchas ciudades tienen “cantinas” donde los trabajadores del mar pueden descansar, visitar y sentirse “como en casa” en una tierra extranjera.

Todos nosotros, ya sea que vivamos cerca del mar o no, ciertamente podemos recordar a nuestros hermanos y hermanas en el mar en nuestras oraciones.