En este Vigésimo Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario, Domingo Respetemos la Vida, encontramos un pasaje interesante en el Evangelio de San Lucas. Los apóstoles acababan de pedirle a Jesús que aumentara su fe. Leemos,
El Señor respondió: ‘Si ustedes tienen un poco de fe, no más grande que un granito de mostaza, dirán a ese árbol: ‘Arráncate y plántate en el mar’, y el árbol les obedecerá’” (Lucas 17: 6).
A veces, usamos la palabra “fe” para referirnos a una fuerte creencia en una enseñanza de nuestra religión, como la creencia en el cielo o en los ángeles. Otras veces, la fe puede significar confianza total en alguien, como Dios, o en algo, como un sistema de creencias.
Pero no importa cuán fuerte sea nuestra fe, es común tener dudas. Las dudas son incertidumbres. Las dudas no son “pecados” o actos deliberados contra el amor. Solo Dios conoce el cuadro completo, y nosotros no somos Dios. Entonces, dejemos que Dios sea Dios, y podamos hacer lo mejor que podamos con lo que tenemos para llevar una buena vida, y ayudar a hacer de este un mundo mejor. Podemos empezar por ver a Cristo en cada ser humano y actuar en consecuencia.