Cuando Jesús les dijo a sus discípulos que difundieran su mensaje de amor por todo el mundo, ellos hicieron exactamente eso. Pero mientras lo hacían, se encontraron con personas que tenían tradiciones culturales y religiosas diferentes de aquellas con las que estaban familiarizados.
A través de prueba y error, estos misioneros aprendieron que, en lugar de criticar y descartar los símbolos de otros, era mucho mejor incorporar estos símbolos en su mensaje cristiano.
Uno de los símbolos populares de la época navideña en la actualidad es el del acebo, especialmente los acebos con frutos rojos.
En la época precristiana, el acebo era una de las plantas que permanecía verde durante los fríos meses de invierno. Con el tiempo, se asoció con fiestas como las saturnales que celebraban al dios de la agricultura, la creación y el tiempo. Era una planta también asociada con la llegada de la primavera. La gente usaba acebo para decorar sus casas y regalos.
Los celtas también usaban acebo en muchas de sus celebraciones religiosas y veían la planta como una forma de protegerse de los malos espíritus, al igual que algunas personas usan campanas de viento para proteger sus casas de fantasmas y otros espíritus no deseados.
Hoy en día, el acebo se asocia con los colores tradicionales de la Navidad, el verde y el rojo.
Si eres un “fanático de la Navidad” como yo, quizás te interese el libro de Tanya Gulevich, Encyclopedia of Christmas (Enciclopedia de la Navidad).