Félix Varela y Morales nació el 20 de noviembre de 1788 en La Habana, Cuba, aunque creció en St. Augustine, Florida. Después de que su madre muriera al dar a luz, su abuelo, Bartolomé Morales, ayudó a criarlo.
Cuando era adolescente, el abuelo de Félix, que era comandante de la fuerza militar en la Florida española, quería enviar a Félix a una academia militar en España. Félix, sin embargo, se negó. En cambio, regresó a su tierra natal e ingresó al seminario de San Carlos y al Seminario San Ambrosio de La Habana. También estudió en la Universidad de La Habana y fue ordenado sacerdote por la Diócesis de San Cristóbal de la Habana cuando tenía 23 años.
La primera asignación del padre Félix fue enseñar química, filosofía y física en el seminario. Durante su tiempo enseñando allí, tuvo como alumnos a muchos cubanos famosos. Se dice que uno de ellos, José Cipriano de la Luz y Caballero, dijo: “Mientras haya pensamiento en Cuba, tendremos que recordarlo, el que nos enseñó a pensar”. José fue un filósofo a quien a veces se le llama “el padre de la vida intelectual cubana del siglo XIX”.
Padre Felix también estableció una sociedad literaria en el seminario y publicó un libro de filosofía popular antes de cumplir los treinta años.
En 1821, el gobierno cubano eligió al P. Felix para representar a Cuba en el parlamento español. En ese papel, el p. Félix luchó por la independencia de España de América Latina y la abolición de la esclavitud. Cuando Francia invadió España, condenó al P. Félix hasta la muerte. Afortunadamente, escapó a los Estados Unidos y se instaló en la ciudad de Nueva York.
En Nueva York, el p. Felix pudo usar su riqueza de talentos. Por ejemplo, estableció el primer periódico de habla hispana en los Estados Unidos y otros, y publicó artículos sobre una variedad de temas como la tolerancia religiosa, los derechos humanos y la educación.
Hacia 1837, el P. Félix se convirtió en Vicario General de la Diócesis de Nueva York, que cubría todo el estado de Nueva York y la parte norte de Nueva Jersey. Prosperó sirviendo a los inmigrantes e incluso aprendió gaélico para servir mejor a los inmigrantes irlandeses que lo hablaban.
Padre Félix Varela usó su vasto conocimiento para servir como consultor de los obispos americanos que crearon el famoso Catecismo de Baltimore que se usó para enseñar la fe a los niños católicos hasta el Concilio Vaticano II.
Padre Felix, que sufría de fatiga y asma, se retiró en 1848 a St. Augustine, Florida. Allí, murió a la edad de 64 años el 18 de febrero de 1835. Su cuerpo fue trasladado a la Universidad de La Habana.
El gobierno cubano entrega el premio Orden Félix Varela a personas que han contribuido a la cultura cubana y mundial.
El 18 de abril de 2012, la Iglesia proclamó Venerable a Félix. Esto causó especial regocijo en la Arquidiócesis de Nueva York y en la Arquidiócesis de Miami (que tiene una gran población cubana y cubanoamericana).