Hoy, los cristianos católicos celebramos el 3er domingo de Adviento, también conocido como el domingo de la alegría. Es uno de los dos domingos del año que el sacerdote puede usar vestimentas de color rosa para celebrar la Eucaristía (Misa).
Si tienes una corona tradicional de Adviento católico, hoy encenderías la vela rosa y 2 moradas.
En la lectura del profeta Isaías del Antiguo Testamento de hoy, escuchamos algunas palabras muy hermosas:
“El Espíritu del Señor Yavé está sobre mí. ¡Sí, Yavé me ha ungido!
Me ha enviado con un buen mensaje para los humildes, para sanar los corazones heridos,
para anuncia a los desterrados su liberación, y a los presos su Vuelta a la luz.
Para publicar un año de Gracia de Yavé.
Salto de Alegría delante de Yavé, y mi alma se alegra en mi Dios,
pues él me puso ropas de salvación y me abrigó con el chal de la justiciar,
como el novio se coloca su corona, o como la esposa se arregla con sus joyas.
Pues así como brotan de la tierra las semillas or como aparecen las plantitas en el jardín,
así el Señor Yavé hará brotar la justiciar y la alabanza a la vista de todas las naciones”
(61: 1-2a, 10-11).
Con frecuencia, leemos esas palabras y pensamos: “Bueno, esas son ciertamente hermosas, pero realmente no se aplican a mí”. Se aplicaron a profetas como Isaías, pero ciertamente no a mí”. Pero, si piensa de esa manera, se equivocaría, ya que se aplican a todos nosotros. Porque en nuestro bautismo, el Espíritu Santo vino a nosotros y nos hizo un hogar. Entonces, los que somos bautizados podemos decir verdaderamente: “El espíritu del Señor está sobre mí”. ¡Qué bueno es eso!