La heroína misionera de este viernes es la Beata Irene Stefani, una Hermana Misionera de la Consolata.
Aurelia Mercede Stefani nació el 22 de agosto de 1891 en Anfo, Brescia, Italia, una de 12 hijos. Cuando tenía 15 años, su madre murió, por lo que ayudó a criar a sus dos hermanas menores y su hermano.
En junio de 1911, Aurelia se unió a las Hermanas Misioneras de la Consolata y profesó la orden el 29 de enero de 1914, justo antes de la Primera Guerra Mundial. En la orden, tomó el nombre de Irene. En diciembre de 1914, el Beato Giuseppe Allamano, fundador de las Hermanas Misioneras de la Consolata, le dio una asignación como misionera en Kenia, África. Llegó allí en enero de 1915.
Aunque la Hna. Irene impartía clases de catecismo y a veces enseñaba en las escuelas, su función principal era la de enfermera. De hecho, como enfermera en Kenia, se ganó el apodo de “Nyaatha”, que significa “madre de misericordia”. Durante la Primera Guerra Mundial, cuidó a los soldados heridos y a otras personas. En agosto de 1916, fue nombrada para servir en la Cruz Roja en hospitales militares tanto en Kenia como en Tanzania.
Cuando terminó la guerra, la Hna. Irene ayudó a formar aspirantes en una nueva orden religiosa, las Hermanas María Inmaculada, durante dos años, y luego fue a la misión de Gikhondi en Kenia, donde enseñó catecismo y visitó a los feligreses en las aldeas. Allí trabajó hasta su muerte.
En 1930, Hna. Irene contrajo una enfermedad que contrajo al tratar a un paciente y se debilitó mucho durante el verano. Sin embargo, el 20 de octubre de 1930 insistió en visitar a un paciente con peste, permaneciendo con el paciente durante varias horas. Once días después, el 31 de octubre de 1930, falleció sor Irene.
Sobre la vida misionera, Hna. Irene dijo: “La Misionera es la que tiene corazón para amar, manos para ayudar, boca para anunciar. ¡Eso es todo!”
Hna. Irene fue beatificada en 2015. La fiesta de la Beata Irene Stefani es el 31 de octubre. Es patrona de Nyeri (Kenia) y de las Misioneras de la Consolata.