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Regina Protmann nació en 1552, en Braunsberg (Braniewo), Prusia Real (hoy norte de Polonia). Su padre, Peter Protmann, era comerciante y político local, y su madre, Regina (de soltera Tingel), era ama de casa.
En su juventud, Regina mostró atracción por la vida religiosa y espiritual. Era miembro activo de un grupo mariano que los sacerdotes jesuitas habían iniciado en el área donde vivía, y recurrió a los sacerdotes jesuitas en busca de dirección espiritual. Su primer biógrafo fue uno de esos sacerdotes jesuitas, Engelbert Keilert.
En 1571, cuando tenía alrededor de diecinueve años, Regina informó a sus padres que el matrimonio no era para ella. Más bien, quería servir a Dios en el estado único, cuidando a los enfermos y a los pobres y aprendiendo más sobre su religión.
Aunque sus padres no estaban a favor del plan de vida de Regina, Regina se fue de casa con otras dos mujeres. Juntos vivieron en una casa abandonada y se dedicaron al cuidado de los enfermos y a las tareas del hogar; así obtuvieron dinero para vivir.
En esa época, la Iglesia Católica Romana estaba reaccionando a la Reforma Protestante estableciendo un conjunto de reglas que las hermanas religiosas y otras personas debían seguir. Estas reglas, codificadas por el Concilio de Trento (1545-1563), incluían algunas que exigían que las religiosas vivieran en conventos.
Regina y sus amigas, sin embargo, fundaron una orden religiosa a la que llamaron Hermanas de Santa Catalina. Esta congregación tenía como patrona a Santa Catalina de Alejandría, mujer martirizada alrededor del año 305 en Alejandría, Egipto.
Las Hermanas de Santa Catalina pasaron sus primeros días no sólo cuidando a los enfermos, sino también participando en la educación de enfermería. Las hermanas también se aseguraron de que las enfermeras recibieran buena atención médica y de enfermería cuando estaban enfermas, y fundaron hospitales.
Finalmente, las hermanas fundaron escuelas para niñas para que pudieran recibir la misma base educativa que recibían los niños.
La hermana Regina Protmann murió el 18 de enero de 1613 en Braunsberg. El Papa Juan Pablo II beatificó a Regina el 13 de junio de 1999 en Varsovia, Polonia. La fiesta de la Beata Regina Protmann es el 18 de enero.
Con el tiempo, las Hermanas de Santa Catalina continuaron su trabajo en muchas naciones de África, Europa y América del Sur.
