Una de las cosas que hace muy interesante ser sacerdote en la apartada parroquia montañesa de San Francisco de Asís es nunca saber exactamente qué tareas me esperan cuando voy a celebrar una Misa. A veces, por ejemplo, estaré pidió caminar por el bosque para ungir a una persona muy enferma en una choza remota. Otras veces, se me pedirá que bautice a bebés, niños, adolescentes o adultos. A veces, me pedirán que celebre Reconciliaciones o Primeras Comuniones. Casi siempre espero que me pidan que bendiga agua u otros objetos. Y a veces, me piden que bendiga casas.
En la foto de arriba, vemos a algunas personas en su nueva casa en Saracarán, una comunidad de montaña del municipio de Reitoca. Esta comunidad, también conocida como Cafetales, se encuentra a aproximadamente una hora y media en auto desde el pueblo de Reitoca. La gente de esta casa me ayudó a bendecir la casa sumergiendo ramas en agua bendita y rociando las paredes y los pisos de la casa.
El nombre de la iglesia de Cafetales/Saracarán es Inmaculada Concepción.