Hoy es el último domingo del Año Eclesiástico, la Fiesta de Cristo Rey. Este día nos recuerda que Dios está en la iglesia, no reyes terrenales, presidentes, partidos políticos o lo que sea. Dios está a cargo y Jesús es Cristo el Rey del Universo.
En Honduras, este día es la fiesta de los Delegados de la Palabra, quienes dirigen nuestras iglesias.
Los Delegados de la Palabra son hombres y mujeres de la parroquia que reciben formación especial para liderar sus comunidades. Ellos: preparan y celebran Liturgias de la Palabra los jueves y domingos; realizar funerales y novenas después de las muertes; visitar a los enfermos; bautizar a los niños que estén en peligro de muerte; celebrar Quinceañeras; cuidar los edificios de la comunidad eclesial; completar los trámites necesarios para sacramentos como Bautismos, Confirmaciones, Bodas; y similares. También aseguran que su comunidad cuente con catequistas para enseñar la fe a niños, jóvenes y adultos. En los casos en que la comunidad no cuenta con catequistas, los Delegados intervienen para satisfacer las necesidades catequéticas de la gente. Los delegados también se aseguran de que la comunidad tenga música para las liturgias, lectores bien preparados y que los días en que venga un sacerdote a celebrar misa, todo esté listo. Son la presencia católica oficial en sus comunidades y, en algunos aspectos, son como “sacerdotes-extensores”. Sin ellos, la Iglesia católica en Honduras y muchos otros países latinoamericanos estaría en una situación lamentable.
La foto de arriba es de Norbin Ortiz, Delegado de Costita, una comunidad de Curarén. El nombre de la iglesia Costita es Nuestra Señora de Suyapa.