Hoy, los cristianos católicos celebran el cuarto domingo de Cuaresma, a veces llamado domingo de Laetare, el domingo de regocijo. Nos regocijamos porque la Pascua ya casi está aquí! Este es uno de los dos domingos del año de la Iglesia cuando el sacerdote puede usar vestimentas de color rosa.
En la lectura de hoy de la Carta de San Pablo a los Efesios, leemos:
“Porque ustedes han sido salvados por su gracia, mediante la fe. Esto no proviene de ustedes, sino que es un don de Dios; y no es el resultado de las obras, para que nadie se gloríe. Nosotros somos creación suya: fuimos creados en Cristo Jesús, a fin de realizar aquellas buenas obras, que Dios preparó de antemano para que las practicáramos” (2: 8-10).
La gracia significa la ayuda de Dios. Entonces, nuestra salvación viene de Dios ayudándonos, porque por nosotros mismos, no podemos lograr la salvación.
Hacemos buenas obras para no ser salvos, sino porque son los mandamientos de Cristo para nosotros: alimentar a los hambrientos, consolar a los que sufren, dar de beber a los sedientos, enterrar a los muertos, perdonar a tus enemigos y cosas por el estilo.
Y porque es Dios quien nos salva, y porque con Dios todo es posible, los cristianos católicos rezan por la salvación de todas las personas: todos los que vivieron en el pasado, todos los que ahora están vivos y todos los que vivirán en el futuro.