Hoy celebramos la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José.
Para muchas personas, este día festivo se usa para reflexionar sobre su propia familia. Y eso es bueno, porque hoy en día hay más variedades de “familia” que nunca en la historia registrada. Una familia es un grupo de personas que dicen ser familia. A veces están emparentados por sangre, y otras veces están emparentados únicamente por amor. No es raro, por ejemplo, que los miembros de órdenes religiosas católicas digan que los miembros de su orden son su familia.
Las familias están diseñadas para ser grupos donde una persona puede crecer y prosperar, donde se nutren los sueños y las esperanzas, donde se celebran los triunfos y donde se comparten las luchas.
Sin embargo, como saben, muchas familias no están a la altura de su noble vocación. Se convirtieron en lo opuesto a los lugares amorosos y cariñosos y, como resultado, se convirtieron en lugares de los que huir.
En esta fiesta de la Sagrada Familia, sería una buena idea reflexionar sobre sus propias familias. ¿Cómo están? ¿Son lugares de amor, alegría, risa y apoyo? ¿O necesitan un trabajo serio?
La foto de arriba muestra a una familia en el pueblo de Curarén durante su celebración anual de la iglesia del pueblo, Nuestra Señora de la Candelaria. Candelaria es la fiesta de la Presentación de Jesús en el templo cuando era un niño. Para leer más de la historia, vea Lucas 2, 22-40.