Ruth Lewis nació en Pakistán en algún momento de 1946 y dio su vida sirviendo a personas discapacitadas, en su mayoría niños y adolescentes, en Karachi, Pakistán.
Cuando creció, Ruth se unió a las Franciscanas Misioneras de Cristo Rey en Karachi. Esta orden, fundada en Pakistán en 1937, se centra en el cuidado y el bienestar de los pobres y de aquellos que no pueden valerse por sí mismos.
En 1969, la Hna. Ruth, con la Hna. Gertrude Lemmens y la Hna. Margaret D’Costa, pasaron a formar parte del personal de Dar-ul-Sukun (Casa de la Paz), un hogar para 150 personas con discapacidad mental y física, la mayoría de las cuales eran niños y adolescentes. La Hna. Ruth había visto niños así en la calle, a menudo encadenados, mientras otros niños les arrojaban piedras. No podía descansar hasta que hiciera todo lo posible para proporcionar un lugar seguro para esos niños y adolescentes.
La Hna. Ruth sirvió en el hogar de Dar-ul-Sukun durante 51 años, y fue como una madre para los niños y jóvenes, los últimos 20 años como directora de la institución. Las hermanas dependen de la generosidad de los demás para llevar comida, ropa, ropa de cama, y otros suministros a la institución. Además, los voluntarios a menudo vienen de los Países Bajos para ayudar, a veces durante meses, ya que la Hna. Gertrude Lemmens era de Holanda. La hermana Ruth siempre mostró su agradecimiento por tal ayuda
La Hna. Ruth lo dio todo por sus “hijos”. Ella también enseñó a otros cómo ser verdaderos líderes servidores. Un sacerdote, por ejemplo, contó cómo había pasado un año con la Hna. Ruth como seminarista. Dijo que, en ese medio cultural, los hombres no cuidaban niños, cambiaban pañales, ni limpiaban cuartos. La Hna. Ruth, sin embargo, esperaba que los seminaristas hicieran todas esas cosas mostrándoles cómo hacerlas. Y, los hombres aprendieron a servir de esta manera.
La Hna. Ruth estaba muy orgullosa de todo lo que lograron los niños y adolescentes, y celebró con ellos. Estaba especialmente orgullosa de cuatro de sus “hijos” que ganaron medallas en las Olimpiadas Especiales de los Estados Unidos en 1998.
Sin embargo, en 2020, muchos de los niños se infectaron con COVID-19. Hna. Ruth se negó a abandonar a los niños. En cambio, los alimentó, los cambió, los consoló, los amó. Como resultado de su contacto cercano con los niños infectados, se infectó y la llevaron al Hospital Aga Khan y le pusieron un ventilador. Murió el 20 de julio de 2020.
La Hna. Ruth Lewis ha sido llamada la “Madre Teresa de Pakistán” por su amor inquebrantable y su devoción a los más necesitados. En 2014, recibió el premio Pride of Karachi que honra a las personas que han trabajado desinteresada y apasionadamente por el mejoramiento de la sociedad, y en 2018, recibió el premio Hakim Mohammed Said por su trabajo por la humanidad. Después de su muerte, el presidente Arif Alvi le otorgó el premio Sitara-i-Imtiaz a la Hna. Lewis por su servicio público, el premio civil más alto de Pakistán.