Esta es la Iglesia de La Victorina, una comunidad de Curarén, F.M., Honduras. Su nombre es San Antonio de Padua.
La primera vez que fui a esta comunidad, la Delegada de la Palabra de la iglesia se sorprendió mucho al vernos, porque nadie había informado a la comunidad que venía para misa. Eso, sin embargo, resultó no ser un problema. Un hombre de la comunidad tocó la “campana” de la iglesia, que en realidad es una llanta de rueda suspendida, y en 20 minutos, la iglesia se llenó a rebosar. Qué increíble testimonio de la fe de la gente de La Victorina fue ese. Desde ese día en adelante, la comunidad ha tenido un lugar muy especial en mi corazón.