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A los pocos días de venir a Honduras como sacerdote misionero, tenía una mochila. Descubrí que casi todos, desde niños pequeños hasta adultos mayores, tenían una mochila.
Para mí, uso mi mochila principalmente para ministerios litúrgicos. Por lo tanto, suele contener vestimentas para la Misa (alba, cíngulo, estola y casulla); una linterna para las iglesias que aún no cuentan con energía eléctrica en su comunidad; bolígrafo; pegajosos; libreta con liturgias para ocasiones especiales (Bautizos, Bodas, Funerales, Entierros, etc.); Santo Crisma y Oleo de los Enfermos; Libro de lecturas bíblicas para cada día; mini-grapadora para engrapar formularios de Bautismo juntos; bolsas de plástico para colecciones; y similares. También, tengo un recipiente de plástico grande para las cosas que necesitaré, incluidas las hostias; vino; cáliz; manteles de altar; etc. Y aunque aproximadamente 6 de nuestras 87 iglesias parroquiales tienen un Misal Romano, muchas no lo tienen, así que también tengo que tener un Misal Romano.
La foto de arriba muestra mi mochila, sombrero y lentes de sol; Estoy “listo para rodar”.
