En este Decimoquinto Domingo del Tiempo Ordinario, nos encontramos con un mensaje muy importante del Libro de Isaías. Leemos:
Así dice el Señor: “Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé” (Isaías 55: 10-11).
Este mensaje es tan importante para nosotros hoy como lo fue para la gente hace miles de años. El conocimiento, si no se traduce en acción, es inútil. En el vocabulario cristiano, “la fe sin obras es muerta”.
A Dios no le importa si puedes decirles a otros en qué capítulo, versículo y libro de la Biblia puedes encontrar los mandamientos de Cristo para dar la bienvenida al extranjero o alimentar al hambriento. Lo que a Dios le importa es cómo los pones en práctica, o cómo ayudas a otros a poner estos mandamientos en práctica.
En la foto de arriba, vemos a trabajadores de la salud vacunando contra el COVID-19 a personas en San Miguelito, F.M., Honduras, una de las ubicaciones de nuestra parroquia de San Francisco de Asís – Reitoca.