Hoy, los cristianos católicos celebramos el decimoquinto domingo del tiempo ordinario. En el Evangelio de Marcos, leemos:
“Entonces llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros. Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero; que fueran calzados con sandalias y que no tuvieran dos túnicas. Les dijo: ‘Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos’. Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo” (6, 7-13).
En la foto de arriba, vemos dos Delegados de la Palabra de Jardines, una comunidad cafetera de Curarén: Celio García a la izquierda y Ángel Misael Lezama a la derecha. Los delegados son los líderes de su comunidad y son la presencia oficial católica en la comunidad.
Aunque los misioneros todavía salen al mundo como Cristo ordenó, pero hoy se llevan mucho con ellos, como teléfonos celulares, libros y una gran cantidad de otros suministros.