Hoy, los cristianos católicos celebran el tercer domingo de Pascua. En la lectura del Evangelio que tenemos hoy, leemos la versión de San Juan del “Llamado de Pedro”. Específicamente leemos:
Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». El le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos». Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». El le respondió: «Sí, Señor, saber que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas». Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras». De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme» (Juan 21, 15-19).
Como Pedro, también nosotros estamos llamados a seguir al Señor. Este llamado nos llegó en nuestro bautismo cuando el Espíritu Santo vino sobre nosotros, y fuimos hechos parte del “sacerdocio de todos los creyentes”. Como seguidores de Jesús, también nosotros estamos llamados a imitar a Cristo en todo lo que hacemos.