La heroína misionera de esta semana es una mujer cuyo lema en la vida era: “Estoy solo para Dios”. Su nombre era Juana Josefa Cipitria y Barriola.
Juana nació el 31 de mayo de 1845 en Andoáin, Gipúzkoa, España, la mayor de 7 hermanos. Su padre era tejedor y su madre ama de casa. Como era la mayor, tuvo que quedarse en casa para cuidar a los niños más pequeños. Cuando tuvo la edad suficiente, se fue a Burgos a trabajar como empleada doméstica en diferentes hogares para ayudar a mantener a la familia.
En su juventud, Juana fue testigo de problemas sociales que fueron causados, en parte, por la Revolución Industrial. Juana estaba decidida a ser parte de la solución a algunos de los problemas sociales que encontraba.
Afortunadamente, conoció a un sacerdote jesuita, el P. Miguel José Herranz, quien le aconsejó cómo podía servir a los demás. Con su guía, inició una serie de programas educativos y benéficos.
El Viernes Santo, 26 de marzo de 1869, informó que había experimentado una visión de Jesús. Y el 8 de diciembre de 1871, cofundó las Hijas de Jesús con otras cinco mujeres. Ella asumió el nombre de Cándida María de Jesús.
El propósito inicial de la nueva congregación era educar a los niños pobres y promover a las mujeres en Salamanca. Más tarde, la orden expandió su misión y ahora se encuentra en todo el mundo. El obispo diocesano de Salamanca aprobó la orden el 3 de abril de 1873, y Hna. Cándida hizo su profesión solemne el 8 de diciembre de 1873.
Debido a que el Sr. Cándida fue influenciado por un sacerdote jesuita, la congregación atesoraba los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.
El Papa San Pío X aprobó la orden en 1913 después de la muerte de Cándida. En 2005, la orden tenía 114 casas en todo el mundo.
Cándida María de Jesús fue canonizada el 17 de octubre de 2010. Su fiesta es el 9 de agosto. Santa Cándida María de Jesús es patrona de los educadores y de las Hijas de Jesús