Hoy celebramos la fiesta del Santísimo Cuerpo y la Sangre de Cristo.
En éste día, leemos:
Jesús dijo a la multitud judía: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; el que coma este pan vivirá para siempre; y el pan que daré es mi carne para la vida del mundo” (Juan 6: 51).
Durante más de 2,000 años, los cristianos católicos han atesorado el regalo que Jesús nos dio: el regalo de sí mismo en el Santísimo Sacramento.
Si es cierto que “somos lo que comemos”, ¿cómo nos volvemos más como Cristo cuando “tomamos y comemos”?