César Chávez nació el 31 de marzo de 1927 en Yuma, Arizona y creció en una pequeña casa de adobe. Debido a que su familia había perdido su hogar durante la Gran Depresión, empacaron y se mudaron a California para convertirse en trabajadores agrícolas migrantes. A lo largo de su infancia, los padres de César le dieron una base muy sólida en la doctrina social católica. Jamás, por ejemplo, a ningún hambriento se le negaría la puerta de Chávez.
Debido a que la familia de César tenía que mudarse con tanta frecuencia para seguir las estaciones de los diversos cultivos que cosechaban, César había estado en más de treinta y seis escuelas cuando estaba en octavo grado, su último año de educación formal. Muchos de los recuerdos de César eran sobre el abuso que experimentó en la escuela, porque hablaba español y porque siempre fue el “niño nuevo en la escuela”.
Cuando se graduó de octavo grado en 1942, César decidió convertirse en un trabajador agrícola migrante de tiempo completo para que su madre no tuviera trabajo en los campos. Dos años más tarde, se unió a la Armada de los Estados Unidos a los diecisiete años con la esperanza de aprender habilidades valiosas que lo ayudaran laboralmente. Desafortunadamente, sin embargo, a los mexicoamericanos en ese momento solo se les permitía servir como marineros y pintores.
Finalmente, César se casó con Helen Fabela, y tuvieron siete hijos. César continuó trabajando en los campos hasta 1952, cuando fue invitado a ayudar a liderar un grupo latino de derechos civiles llamado Organización de Servicio Comunitario.
Durante su tiempo como trabajador migrante, César se encontró con los continuos problemas que enfrentan los trabajadores migratorios: salarios injustos, racismo, vivienda precaria y muchos otros.
Pero Dios envió a ciertas personas a la vida de César, personas que lo ayudarían a formar ideas sobre cómo poner en práctica sus principios sociales católicos. Uno de ellos era una mujer llamada Dolores Huerta, con quien eventualmente comenzaría una organización que hoy se conoce como United Farm Workers. Otro fue Fred Ross, quien le presentó a César la organización comunitaria. Otra persona fue el padre Donald McDonnell, quien llevó a César a leer sobre San Francisco de Asís y Mahatma Gandhi. A partir de estas lecturas, comenzó a comprender el poder de la no violencia.
Con el tiempo, César comenzó a organizar a los trabajadores agrícolas para que pudieran recibir un salario justo para sus familias, y vivir en condiciones dignas. A través del ayuno, la oración y los boicots, César pudo lograr mucho para mejorar la vida de los trabajadores migrantes. César también logró que los agricultores dejaran de usar pesticidas que estaban destruyendo a los niños por nacer de las trabajadoras migrantes embarazadas.
César Chávez murió en abril de 1993. Más de 30.000 personas acudieron a presentar sus respetos ante su féretro. El cardenal Roger Mahoney llamó a César, “un profeta especial para los trabajadores agrícolas del mundo”, y muchos lo llamaban santo.