Hoy es la Fiesta de Todos los Santos, un día que la Iglesia reserva para honrar a todos los “santos”, es decir, a todas las personas que están en el cielo. Y, como oramos para que Dios lleve a todas las personas al cielo, esperamos que todas las personas que han muerto estén allí, y esperamos que todas las personas que viven ahora y vivirán en el futuro también tengan la salvación eterna.
En el cristianismo católico, cada día es feriado, porque cada día celebramos la memoria de personas santas “oficiales”, personas a quienes honramos como “santos” o personas en camino a la santidad. La Fiesta de Todos los Santos, sin embargo, honra a todas las personas en el cielo.
En los países latinoamericanos, muchas personas han heredado la costumbre de honrar los espíritus de los niños que han muerto en el Día de Todos los Santos, y luego honrar las almas de los adultos fallecidos en el Día de Todos los Difuntos (2 de noviembre).
En la foto de arriba, vemos a algunas personas de la Iglesia de San José Obrero en la comunidad reitoqueña de Azacualpita, quienes recién salen de Misa.