En este Décimo Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario, leemos acerca de la oración y la necesidad de ser persistentes en nuestra vida de oración (Lucas 11: 1-13).
Después de enseñar a sus discípulos el “Padre Nuestro”, les recuerda que deben ser persistentes al pedir cosas. Sin embargo, Jesús les recuerda a los discípulos que el hecho de que pidan algo no significa necesariamente que eso es lo que Dios les dará. Porque como un padre amoroso, Dios no dará a sus hijos algo que sea peligroso, así como un padre no le daría a su hijo un escorpión cuando el niño le pide un huevo. Y solo Dios conoce el “panorama general”; como humanos, solo vislumbramos el “panorama general”.
En la foto de hoy, vemos a un hombre rezando en la Capilla de Adoración de la Basílica de Nuestra Señora de Suyapa en Suyapa, una aldea de Tegucigalpa.